Tradición y dinamismo
Fundada en el siglo XVIII, la empresa Faber-Castell ha ido evolucionando desde mediados del siglo XIX para convertirse en uno de los principales fabricantes de lápices y lápices de colores con cuerpo de madera.
Fue entonces cuando el barón Lothar von Faber transformó el lápiz en el primer útil de escritura con marca propia del mundo y creó una serie de productos fascinantes que se han convertido en clásicos de nuestros días.
La unión en matrimonio de su nieta, la baronesa Ottilie von Faber, con el conde Alexander zu Castell-Rüdenhausen en el año 1898 dio lugar, con el consentimiento del rey de Baviera, al nacimiento del nombre Faber-Castell. Un concepto claro de la calidad, un dinamismo sofisticado y el compromiso social han constituido hasta ahora la base de nuestra actividad económica.
Un imperio a través de los siglos
Los exclusivos útiles de escritura se presentan en una edición limitada y ponen en el punto de vista materiales excepcionales, trabajados con una gran pericia artesanal. La edición actual del Pen of the Year habla de épocas, personalidades y civilizaciones cuyos hechos han marcado la historia de la humanidad.
En esta ocasión, se homenajea a un imperio que desde el siglo VIII a. C. fue uniendo a tres continentes: Europa, Asia y África. Todavía hoy, a principios del tercer milenio, sigue influyendo en nuestro mundo de una forma incalculable: el Imperio romano.
Roma - la ciudad eterna
Rómulo y su hermano gemelo Remo fueron abandonados y salvados milagrosamente al poco tiempo por una loba que los amamantó. De este modo comienza la historia de un ascenso incomparable en el mundo antiguo. En el año 117 d. C. la ciudad del Tíber está en el cenit de su poder. Su gran área de influencia abarca en ese momento desde Escocia al norte hasta Nubia en África y desde Portugal al oeste hasta Mesopotamia en el Oriente Próximo.
Con su gran variedad de pueblos, el Imperio romano representa la idea de “imperium sine fine”, un “imperio sin fin” que es gobernado desde Roma como “ciudad eterna”. Su monumento característico es el coliseo: el legendario anfiteatro donde se celebraban las luchas de los gladiadores es una obra de arte arquitectónica que ha sobrevivido el paso del tiempo.
El esplendor de las legiones
Están formadas por una selección de los mejores y se enfrentan a cualquier contrincante, incluso al tiempo: estas unidades de élite existirán durante casi mil años. Se caracterizan por su especial mentalidad: los legionarios no son guerreros temerarios sino soldados con una formación excelente que mantienen su posición de combate incluso en los momentos más difíciles.
Se enfrentan a las huestes de los salvajes bárbaros con unidad y disciplina: cada soldado es cubierto por su compañero. Si uno cae aparece otro que cierra el hueco. Con este espíritu de lucha inquebrantable y desinteresado son capaces de vencer incluso a un estratega tan genial como Aníbal.
Espíritu vencedor, obras para una época
Emperadores, gladiadores y legiones caracterizan la imagen de Roma.
Sin embargo, la influencia del Imperio romano es más variada y profunda. El arte y la literatura llegan a su apogeo y la calidad de vida no se vuelve a alcanzar en Europa y el norte de África hasta muchos siglos después. Roma también es el modelo de una época desde otros puntos de vista. La administración política y judicial de Europa descansa sobre fundamentos romanos. Asimismo, muchas ciencias siguen usando todavía hoy expresiones en latín.
En la comunicación global el alfabeto latino es omnipresente. Incluso los materiales de construcción de las metrópolis modernas provienen de los romanos: en el siglo II a.C. inventaron el hormigón. Muchos elementos estilísticos de carácter romano como, arcos, columnas y cúpulas caracterizan hasta hoy muchos edificios gubernamentales y representativos.
VENI, VIDI, VICI
Destinado a hacer grandes cosas desde su nacimiento:
como descendiente de una familia de patricios romanos, Gaius Julius Caesar ocupa desde muy joven varios cargos importantes, conquista toda la Galia hasta el Rin y tiene la fama de alcanzar sus objetivos con determinación. Es único en describir sus hechos con palabras memorables: Cuando sus legionarios vencen a las tropas de Farnakes II. en la batalla de Zela, en tan solo cuatro horas, escribe a un amigo: “Veni, vidi, vici – Vine, vi y vencí”.
Con solo escucharlo una vez, esta frase triunfal se recuerda para siempre. Con César la república de Roma comienza a transformarse en un imperio. Es el primero que se representa en vida en monedas romanas.
Poder y pasión
Durante la lucha por el trono egipcio, César se pone de parte de Cleopatra.
Empiezan una relación amorosa apasionada. Durante su visita oficial a Roma, la faraona celebra en la villa de César banquetes lujosos que causan sensación. Por su parte, el emperador hace colocar en el templo de Venus una estatua de oro con los rasgos de Cleopatra: se la venera como diosa, como encarnación de Isis y Venus. Cleopatra inspira a César a introducir el calendario juliano, que estará vigente en varias partes del mundo hasta el siglo XX.
La piedra de los dioses
La piedra de los dioses - con estas palabras los griegos expresaban su veneración a la belleza del mármol.
Los romanos les siguieron los pasos: las estatuas honoríficas de mármol están reservadas a dioses y emperadores. Las estatuas fueron elaboradas en grandes cantidades y proclaman el poder de Roma. En la actualidad pueden contemplarse en muchos museos de todo el mundo.
La alta calidad del mármol de Carrara, en la Toscana, contribuye a infundir respeto a estas estatuas tan carismáticas. Se originó hace 30 millones de años, cuando la plataforma continental africana chocó con la europea para formar los Alpes. Los grandes escultores son capaces de crear estatuas llenas de vida con esta piedra selecta.
Belleza en blanco
El mármol estatuario de Carrara posee el aura de lo que es único. Con esta piedra blanca resplandeciente de un grano extraordinariamente fino Miguel Ángel creó su monumental David, la escultura más conocida de la historia del arte. En el mundo del lujo, el mármol estatuario representa elegancia, prestigio y valores representativos exigentes, tal y como puede verse en el vestíbulo del castillo de Faber-Castell.
Para el Pen of the Year 2018 “Imperium Romanum” hemos seleccionado una variedad muy especial de mármol estatuario. Cada ejemplar ha sido elaborado a mano con maestría en la manufactura de piedras preciosas Stephan. Entre los segmentos de mármol del cuerpo se han insertado aros bañados en platino con coronas de laureles, que simbolizan la fama y el éxito y que conceden al útil de escritura una elegancia incomparable.
Otro detalle excepcional de la edición es el capuchón laboriosamente trabajado con el grabado del famoso coliseo y un denario del César en miniatura como corona final. Como modelo del denario se ha usado una moneda de plata muy rara con el retrato del emperador del año 44 a. C. El original proviene del comerciante de monedas y perito de renombre internacional Ritter de Düsseldorf.
Fascinación en negro
Un contraste fascinante lo ofrece el carisma de la Black Edition. Mientras buscábamos una pareja adecuada para el mármol estatuario blanco encontramos el complemento ideal en la península ibérica, que antiguamente era una provincia de Roma. El Nero Marquina de Vizcaya, en el País Vasco, combina con gran refinamiento un tono base negro con una estructura blanca muy característica. Armoniza a la perfección con el recubrimiento de PVD gris antracita de titanio, cuya superficie cambia durante el uso. La pluma estilográfica está equipada con un plumín de oro de 18 quilates con un recubrimiento de rutenio que se adapta a la perfección al cuerpo de este diseño tan masculino. El capuchón de la Black Edition también se ha adornado con un grabado del Coliseo y un denario del César en miniatura.
La pluma estilográfica bañada en platino con plumín bicolor de oro de 18 quilates está limitada a 400 ejemplares. Del roller solo se manufacturan 120 ejemplares. La Black Edition aparece con una edición exclusiva de solo 330 plumas estilográficas y 100 rollers. Los ejemplares de ambas ediciones están numerados individualmente y se presentan en un estuche de madera negra de pulido brillante. Un certificado con la firma de Charles Graf von Faber-Castell certifica las limitaciones.